¿Por qué se dice que está dormida?

Cuando un hombre cualquiera llega a comprender profundamente que no puede recordarse a sí mismo, que no es consciente de sí mismo, está muy cerca del despertar de la Conciencia.

Estamos hablando algo que hay que reflexionar profundamente. Esto que aquí estamos diciendo es muy importante, y no se puede comprender si se lee mecánicamente.

Nuestros lectores deben reflexionar. La gente no es capaz de sentir su propio Yo mientras se autoobserva, de hacerlo pasar de un centro a otro, etc.

Observar la propia forma de hablar, reír, caminar, etc., sin olvidarse de sí mismo, sintiendo ese Yo adentro, es muy difícil, y sin embargo básico, fundamental, para lograr el despertar de la Conciencia.

El gran Maestro Ouspensky dijo: “La primera impresión que me produjo el esfuerzo por ser consciente de mi Ser, por ser consciente de mí mismo como Yo, de decirme a mí mismo: “Yo estoy caminando”, “Yo estoy haciendo”, y de tratar de mantener vivo este Yo, de sentirlo dentro de mí, fue lo siguiente: El pensamiento quedaba como dormido cuando yo asía al Yo, no podía pensar ni hablar; hasta disminuía la intensidad de las sensaciones; además, uno podía mantenerse en semejante estado sólo por un tiempo muy breve”.

Sueña el sabio en la espléndida rosa del mágico prado que entreabre sus hojas deliciosas al lucero vespertino del amor. Sueña el bardo melenudo con el tímido arroyuelo cantarín que baja por la montaña deshecho en plata, convertido todo en filigrana que corre y pasa.

Sueña la madre desventurada en el hijo que perdió en la guerra, y no concibe suerte más dura; llora al pie de su retrato la dicha rota; el rayo juega con la tortura y hasta enciende un iris en cada gota. Sueña Fausto con su Margarita de blanca faz tranquila bajo el dosel primoroso de su rubia cabellera que como cascada de oro cae sobre sus hombros alabastrinos. ¡Qué abismo tan profundo en su pupila pérfida y azulada como la onda!

En las garras espantosas del dolor, el pobre “animal intelectual” sueña que es Bruto partiendo en mil pedazos el corazón de César; Espartaco, el temible, asolando a la campaña; Ulises en su palacio de Itaca matando furioso a los pretendientes de su esposa; Tell rechazando con el pie el esquife; Cleopatra seduciendo a Marco Antonio; Cromwell ante el suplicio de un monarca; Mirabeau en el Tabor de las naciones; Bolívar con cinco pueblos libertados; Morelos en los campos de batalla.

Sueña el enamorado en la estrella que por oriente sube resplandeciente, en la tan esperada cita, en el libro que ella tiene entre sus manos, en su romántica ventana. Sueña el marido ofendido en obscura contienda y bronca rebeldía; sufre lo indecible y hasta muere en la pesadilla. Sueña el lujurioso en la desnudez impúdica de la diablesa que se revuelca como el cerdo entre el lodo de la inmundicia. Sueña el ebrio en que es rico, joven, esforzado caballero de gran renombre, valiente en la batalla. Sueña Amado Nervo en la amada inmóvil, y Víctor Hugo en los Miserables. Esta vida de tipo lunar es solo un tejido de sueños.

No se equivocaron los viejos sabios de la tierra sagrada de los Vedas cuando dijeron que este mundo es maya (ilusión). ¡Ah!..., si esas pobres gentes dejaran de soñar... ¡Qué distinta sería la vida!

Quien despierta la Conciencia puede estudiar, durante las horas de sueño, todas las maravillas de los Mundos Superiores. Quien despierta la Conciencia vive en los Mundos Superiores como un ciudadano del Cosmos totalmente despierto. Entonces convive con los Grandes Hierofantes de la Logia Blanca.

Quien despierta la Conciencia ya no puede soñar aquí en este plano físico, ni tampoco en los Mundos Internos. Quien despierta la Conciencia deja de soñar. Quien despierta la Conciencia se convierte en un investigador competente de los Mundos Superiores. Quien despierta la Conciencia es un Iluminado. Quien despierta la Conciencia puede estudiar a los pies del Maestro.

Quien despierta la Conciencia puede platicar familiarmente con los dioses que iniciaron la aurora de la Creación. Quien despierta la Conciencia puede recordar sus innumerables reencarnaciones. Quien despierta la Conciencia asiste conscientemente a sus propias Iniciaciones cósmicas. Quien despierta la Conciencia puede estudiar en los templos de la Gran Logia Blanca...