¿Es la conciencia el Ser?

No olviden ustedes que entre la Conciencia y el Ser no hay mucho distanciamiento que se diga. Son tres los aspectos de la Vida: El SER (el SAT, en Sánscrito), la CONCIENCIA (CHIT) y la FELICIDAD (ANANDA), pero la Conciencia Real del Ser (que no está muy distante del Ser en sí mismo), se encuentra enfrascada entre toda esa multiplicidad de agregados psíquicos que personifican a nuestros errores y que en nuestro interior cargamos.

Sólo ella puede darnos un Sentimiento Correcto; pero ese sentimiento sería cruel para los demás, porque los demás están enfrascados en falsos sentimentalismos que nada tienen que ver con el verdadero Sentimiento del Ser.

El Sentimiento de la Conciencia Objetiva, Real, es lo que cuenta, es lo importante; pero para poder tener

nosotros ese Sentimiento verdadero de la Conciencia Real y Objetiva, necesitamos, antes que todo, DESINTEGRAR LOS AGREGADOS PSÍQUICOS.

A medida que vayamos desintegrando los diversos agregados (viva personificación de nuestros defectos), la VOZ DE LA CONCIENCIA se irá haciendo cada vez más fuerte; el SENTIMIENTO DEL SER, es decir, de la Conciencia, irá sintiéndose cada vez más y más en forma intensiva; y a medida que vayamos sintiendo con la Conciencia, nos daremos cuenta de que el Falso Sentimiento del Yo nos conduce al error.

Mas esto es sumamente fino, sumamente delicado, porque en la vida todos nosotros hemos sufrido demasiado; eso es obvio.

También hemos marchado por el camino del error; eso es patético. Y en todos los aspectos de nuestra vida, en cada proceso, en cada instante, hemos sentido aquí en el corazón algo, algo, algo, algo que se llama “Sentimiento”.

Ese “algo” lo hemos siempre considerado como la “Voz de nuestra Conciencia”; lo hemos considerado como el “Sentimiento de Sí”, como el “Sentimiento Real” al cual hemos obedecido; como el único que puede conducirnos por el Camino Recto, etc. ¡Mas, desgraciadamente, hemos estado equivocados, mis queridos hermanos!

Como prueba de nuestra equivocación, es que más tarde hemos tenido otro sentimiento completamente diferente, totalmente distinto, y mucho más tarde otro sentimiento más distinto, entonces, ¿cuál de los tres era el verdadero? Entonces, hemos sido víctimas todos de un autoengaño.

Siempre nos ha guiado a nosotros, o siempre hemos confundido al Sentimiento del Yo con el Sentimiento del Ser. HEMOS SIDO VÍCTIMAS DE UN AUTOENGAÑO. Y aquí no puedo hacer excepciones, hasta yo mismo, marché por el camino del error, cuando creí que el Sentimiento del Yo era el Sentimiento del Ser. ¡No hay excepciones, todos hemos sido víctimas del autoengaño!

Llegar a sentir de verdad, llegar a tener el Sentimiento Preciso, es algo tremendo. Ese Sentimiento Preciso es el de la Conciencia Superlativa del Ser.

En todo caso, nosotros debemos marchar por el Camino de la ARISTOCRACIA DE LA INTELIGENCIA y de la NOBLEZA DEL ESPÍRITU. A medida que avancemos por esa Senda tan difícil del Autoconocimiento y de la Autoobservación de sí mismos, de momento en momento, iremos también aprendiendo a sentir correctamente. Iremos aprendiendo a conocer el Sentimiento Auténtico de la Conciencia Superlativa del Ser.

El Ser para nosotros es lo que cuenta, es lo importante; y EL SENTIMIENTO JUEGA GRAN PAPEL EN ESTA CUESTIÓN DEL SER, pero muy hondo papel. ¿Cuántas veces creímos que andábamos bien por el camino de la vida, guiados por el sentimiento vivo de una auténtica realidad?; sucedió que entonces andábamos peor que antes, porque nos guiaba un Falso Sentimiento: El del Yo.

Hay personas que no son capaces de despegarse del Falso Sentimiento del Yo jamás. Tienen una serie de fotografías sobre sí mismas que no abandonarían por nada de la vida, ni por todos los tesoros del mundo. Gozan con sus dolores y renunciar a ellos sería peor que la muerte misma. Las gentes viven quejándose y gozan de las quejas, y nunca abandonarían sus dolores...