¿Por qué no somos felices?

Uno sólo viene a conocer la Felicidad cuando la Conciencia salga de la cárcel en donde está atrapada. Antes, no conoce uno la Felicidad; confunde el placer con la Felicidad, pero no conoce la Felicidad.

Uno no viene a conocer la Felicidad de verdad, hasta que no consiga libertar la Consciencia; mientras la Consciencia no se haga libre, no se es feliz, y para que la Consciencia se haga libre, se necesita destruir los grilletes que la mantienen prisionera dentro de la cárcel del dolor; esa cárcel es el mí mismo, el Yo mismo, “mi persona”, “mis propios sentimientos”, “mis deseos”, “mi propia mente atormentada”, “mis preocupaciones”, “mis odios”, “mi lujuria”, “mi egoísmo”, “mi envidia”,

“mis resentimientos”; “yo mismo”: “mis propios sentimientos”, “mis propios proyectos”, “mis propios deseos”...

Mientras uno no consiga que se destruya “eso” que soy “yo mismo”, mi Consciencia estará prisionera; pero el día que esto que “soy yo”, “yo mismo”, sea destruido, entonces la Consciencia quedará libre, y gozará de la auténtica Felicidad, que nada tiene que ver con el placer, que es opuesta al placer.

La Felicidad es algo que nadie conoce y que nadie puede describir. La mente no sabe qué cosa es Felicidad; no podría la mente reconocer la Felicidad, puesto que la mente jamás la ha conocido.

¿Cómo podríamos nosotros reconocer algo que nunca hemos conocido? Si nunca la mente ha conocido la Felicidad, ¿cómo haría para reconocerla?

La Felicidad viene a nosotros; ADVIENE, en una forma natural, adviene cuando el “sí mismo”, el “Yo mismo” ha muerto... Así, pues, HAY QUE LLEGAR A VIVENCIARLA, a experimentarla en forma directa.

Los conceptos que puedan haber sobre la Felicidad, varían hasta el infinito, como varían los conceptos sobre la Verdad. Pero experimentarla es distinto, y la experiencia de la Felicidad no es del tiempo: Está más allá de la mente, del cuerpo y de los afectos. LA FELICIDAD ES DEL SER, y “la razón de ser del Ser, es el mismo Ser”...

De nada sirven los placeres del mundo, pues no dejan más que dolor; después de la satisfacción del deseo, lo único que queda es el desencanto. De nada sirven los títulos, los honores; de nada sirve en el mundo las teorías, de nada sirve en el mundo las distintas escuelas, organizaciones o formas; lo único que sirve en la vida es MORIR, para que la Consciencia se emancipe y adquiera “eso” que se llama “FELICIDAD”...

Es inagotable la Felicidad (repito: no es del tiempo). ¿Hay necesidad de experimentarla? Sí; pero para experimentarla, es urgente MORIR RADICALMENTE, aquí y ahora.

Lograr la Felicidad, el Estado de Ananda, es la suprema aspiración. Mas no podría llegarse a esa suprema Felicidad si no se pasa por el Bautismo del Fuego; y no se podría pasar por el Bautismo sin desintegrar los agregados psíquicos inhumanos, viva personificación de nuestros defectos de tipo psicológico...

Recuerden ustedes que el EGO ES TIEMPO; que el Ego es un libro de muchos tomos y que está expuesto a las Leyes de Causa y Efecto.

Es hora de que pensemos en libertarnos del karma; libertarnos de este mundo doloroso, de esta maquinaria tan infernal. Es hora de que pensemos nosotros, en la dicha verdadera de la Gran Realidad...